Cada cosa en su lugar:
No saber dónde van las cosas hace que tengamos objetos nómadas deambulando por toda la casa, creando desorden y ocupando espacio innecesariamente. Identifica estos objetos y asigna para ellos algún lugar específico. Así sabrás dónde encontrarlos y tu hogar se verá más ordenado.

Tonos Claros:
Seguro a todos nos encantan los colores vivos y llenos de energía pero en espacios reducidos puede que no funcionen muy bien. Por otro lado, los tonos pasteles y claros ayudan a que tu piso se vea más amplio, especialmente si el techo es de color blanco.
Aprovecha el espacio:
Procura tener solo lo necesario y evita que todas tus pertenencias estén a la vista. Hay lugares ocultos o vacíos que podemos aprovechar: debajo de la cama, las puertas del armario o paredes vacías pueden ser un lindo albergue para nuestros objetos. Deja volar la creatividad y optimiza lo más que puedas el espacio no visible. Así tu piso no se verá abarrotado de objetos y será más agradable a la vista.

Quédate con lo necesario:
Haz limpieza periódicamente de objetos que no vas a usar. Libérate de los trastos innecesarios: aparatos electrónicos en desuso, objetivos viejos o simplemente cosas que no son funcionales y solo sirven para ocupar espacio.